domingo, 19 de julio de 2015

60 pasos para ser un analista delictivo, de R. Clarke y J. Eck.

En la línea de la reseña que publiqué en su día sobre el libro “Emprender en Criminología” de José Manuel Servera, llevaba tiempo dándole vueltas a hacer una publicación de contenido similar, y finalmente hoy (y pese a que todavía estoy haciendo frente a la investigación final del máster) he logrado sacar el tiempo y la voluntad suficientes para animarme a traerte una nueva recomendación literaria: el libro “60 pasos para ser un analista delictivo”, de Ronald V. Clarke y John Eck.



¿Cómo? ¿No sabes lo que es un analista delictivo? No te preocupes, hace un año yo también desconocía que esta figura existía. En realidad en España todavía es una figura algo desconocida (supongo que porque no existe con carácter oficial, sino que es un trabajo llevado a cabo por policías), pero en otras partes del mundo, como puede ser EEUU, se trata de una figura institucionalizada que vendría a representar un apoyo logístico para la policía. A todos los efectos, tendría la misma función que un “analista de inteligencia” integrado en las comisarías de policía, llevando a cabo estudios sobre la criminalidad, utilizando herramientas de detección geográfica para localizar puntos conflictivos, realizando informes sobre la variación del crimen situacional, etc. Podría pasar por ser precisamente eso, una suerte de analista criminal que actúa apoyando a la policía y optimizando los recursos de la misma.

(Esto en realidad daría para una entrada a parte, por lo que trataré de centrarme en la reseña del libro en sí. Si queréis más información sobre el analista delictivo, os recomiendo encarecidamente leer al menos los primeros capítulos del libro).

En primer lugar tengo que decir que, si quieres encontrarlo, no creo que tardes demasiado en toparte con él a través de Internet. Personalmente he encontrado el propio pdf en línea, y me da la sensación de que está “liberado” por los autores. De hecho, he hecho una pequeña búsqueda del libro para ver su precio y no he encontrado nada. Esto puede ser debido a que el libro original fuera en inglés, y que solo se tradujese una versión online. Sea como sea, queda bajo tu responsabilidad cómo hacerte con el libro.

Por otra parte, y sobre los autores, debo comentar que se trata de dos criminólogos bastante reputados, ambos representantes de la llamada “criminología ambiental”, y conocidos entre otras cosas por su aportación a la creación de la figura del analista delictivo, el énfasis en el uso de herramientas (como el mapeado) para el análisis de la criminalidad, etc. Ambos pertenecen a la “American Society of Criminology”, quizá una de las más prestigiosas entidades de criminología. Clarke, por cierto, ha trabajado, entre otros, con Felson, otro prestigioso criminólogo de parte de cuya obra hablamos en la entrada sobre las falacias del crimen

Entrando ya en la reseña en sí, decir que pese a tratarse de un libro de 330 páginas, en mi opinión no se hace pesado en absoluto. Lejos de resultar un instrumento puramente académico, la redacción es clara y sencilla, pese a lo cual no van a faltar ciertos elementos que van a diferenciar la narrativa de este libro de un libro de puro entretenimiento o divulgación: encontraremos gráficas, esquemas, y estadística sencilla. Sí que es cierto que en ciertos puntos la narración se vuelve ligeramente más compleja (por su unión con la parte matemática), lo cual puede chocar un poco si te encuentras leyéndolo y te dan alergia los números. En mi opinión es algo que no debe desanimar, dado que todo buen trabajo se debe encontrar sustentado en una buena base metodológica, y creo que coincidirás conmigo en que este libro la tiene.

Si hay que ponerle una pega a cómo está escrito el libro es puramente circunstancial, y es que en la línea de lo comentado anteriormente, encontraremos que en muchas ocasiones ciertas referencias no terminamos de encajarlas en un perfil de trabajador existente en España. Así, en realidad en muchas ocasiones las funciones del analista criminal que en el libro se describe sobrepasan o no llegan a los límites existentes de las responsabilidades de un hipotético puesto de trabajo análogo, precisamente porque la figura del analista aquí no se encuentra regulada. Esto, sin embargo, no quita que siga resultado interesante leer el libro como orientación no solo para posibles analistas, sino para policías y otros miembros de seguridad.

Una peculiaridad que encontrarás es que no se trata de un libro al uso en lo que a división de capítulos se refiere, sino que se encuentra dividido en los 60 pasos que dan título a la obra. En la parte inferior de las páginas veremos en todo momento en qué paso nos encontramos, teniendo al final del todo un glosario con la terminología utilizada, y permitiendo por tanto agilidad a la hora de ir de un “capítulo” a otro. No recomiendo leerlos salteados, porque puede que haya términos que se te escapen, y constantemente tendrás que verte volviendo hacia atrás para entender las referencias.

En conclusión, en mi opinión se trata de un libro bastante interesante como vía para conocer qué caminos puede seguir un criminólogo dentro del ámbito policial, pero sin la necesidad de pertenecer al propio cuerpo (lo cual puede resultar interesante si estás planteándote qué salidas puedes encontrar en el campo de la criminología, tema que tratamos más en profundidad en esta entrada). Y por otro lado, como lectura ligera (relativamente), además de como elemento de reflexión o manual de referencia, creo que sencillamente no tiene precio.

Espero que lo disfrutes, y quedo pendiente de conocer tu opinión.