sábado, 1 de agosto de 2015

El miedo al crimen como instrumento de manipulación.

Hace menos de un mes que expuse frente al tribunal de la universidad Pablo de Olavide mi trabajo de fin de máster, titulado: “C2MD: desarrollo y aplicación de un cuestionario de medición de miedo al delito en la ciudad de Sevilla”. Sí, lo siento, quizá el título es tan pedante como yo introduciendo un post hablando de mí mismo. Sin embargo, y dado que la temática del miedo al delito me parece muy interesante, llevaba tiempo dándole vueltas a hacer una entrada sobre ella, y finalmente no fue en la exposición, sino en mi solitario viaje en coche a Sevilla donde me asaltó la idea.

Te pongo en situación: como ya podrás imaginar, yo estaba algo nervioso por el tema de la exposición. Si bien luego la disfrutaría mucho, en ese momento estaba dándole vueltas a los datos que tenía que plantear frente al tribunal al día siguiente. Después de un rato pensando en la presentación, finalmente decidí distraerme un poco poniendo un par de podcast que me había descargado de Milenio 3 (programa que, pese a haber terminado hará cosa de un mes, siempre recomendaré: no seas necio, no todo tiene que ver con OVNIs, hay programas realmente interesantes y totalmente veraces y “científicos”, como el que me inspiró a escribir sobre la historia real del hombre del saco en España).

El caso es que el programa en cuestión se llamaba “nos programan así”. En él, Santiago Camacho contaba cómo desde la Segunda Guerra Mundial, se habían refinado los programas de publicidad y manipulación de masas (la llamada ingeniería social), haciendo que los mismos no se limitasen a exponer hechos objetivos, sino que “atacaran” a los valores y creencias de los individuos, a través de la aplicación de la psicología a estas disciplinas. Un ejemplo práctico sería el siguiente:

  • Ejemplo previo a la introducción de elementos psicológicos: “compra nuestros coches, son los más rápidos y los más seguros” Se presenta el coche en pantalla, y poco más.

  • Ejemplo posterior a la introducción de elementos psicológicos: “solo los verdaderos hombres son capaces de domar nuestros coches… ¿Y tú, serías capaz?”, mientras un actor famoso, acompañado de una señorita de buen ver cuyo comportamiento no verbal deja entrever que se siente sexualmente atraída por el actor famoso conducen el coche.


Curioso, ¿eh? En realidad como ves no es nada del otro mundo, pero es una aplicación muy inteligente de la psicología (sin entrar a debatir sobre lo ético de esas prácticas). Si tienes interés en ver más ejemplos, dejo un enlace al final de este post para que puedas escuchar el programa de Milenio 3, sinceramente creo que no tiene desperdicio.

Puede parecer una tontería, pero he visto estudios que precisamente hablan de que cada color transmite algo. Esto es aplicado actualmente en el marketing y la publicidad. 


El caso es que la utilización de la “ingeniería social” (así se llama esta disciplina) me dejó pensativo, mientras repasaba nuevamente mi trabajo de fin de máster. Al fin y al cabo, el miedo se trataba de otra variable psicológica con la que se podía influir a la población. De hecho, y sin ir más lejos, en un apartado llamado “la importancia del miedo al delito” de mi investigación apuntaba que este miedo era capaz de provocar consecuencias de magnitud mayor que los propios delitos que las provocaban. Vamos de nuevo con ejemplos:

  • El tratamiento por parte de los medios de comunicación sobre los asesinatos llevados a cabo por Jack el Destripador creó una sensación de miedo que llevó al propio cuestionamiento sobre la capacidad de la policía para proteger a los ciudadanos en Londres (es decir, una sociedad entera se queja de la actuación de la policía por el miedo a los delitos cometidos por Jack el Destripador).

  • La huida de las clases más pudientes del centro de Chicago para establecerse en los suburbios, huyendo de las altas tasas de criminalidad (o lo que es lo mismo, un éxodo masivo de clases pudientes por el miedo a ser víctima de un crimen en el centro de la ciudad).

  • En la actualidad, las estadísticas arrojan que se teme más ser víctima de un delito mundano que a un ciberdelito. Sin embargo, las mismas estadísticas demuestran que es mucho más probable sufrir un ciberdelito. Aquí por tanto entra en juego el miedo derivado de la experiencia y de la magnificación de los delitos “de contacto”.

  • Como último ejemplo, el crimen del rol (que ya tratamos en esta entrada) provocó durante muchísimos años (y todavía algunas personas siguen creyendo lo mismo) que los juegos de rol provocaran conductas criminales en las personas que los jugaban. Las investigaciones, por supuesto, demostraron lo contrario, pero ahí está el poder del miedo.


Disculpa que me esté centrando tanto en poner ejemplos, pero el hacer hincapié en ellos es porque quiero que seas capaz de ver que las consecuencias de un crimen no se acaban en el mismo, sino que son capaces de trascender y provocar, como provocaría la ingeniería social, cambios de conducta en base a introducir elementos que afectan a nuestro procesamiento psicológico de las situaciones.

Y esto hace que llegue al núcleo de mi reflexión. Precisamente, el otro día estaba escuchando otro podcast, este mucho más antiguo y que no he logrado encontrar (aunque también es de Milenio 3) que hablaba sobre las incongruencias que existían en cuanto a todo lo sucedido durante el atentado del 11 de Septiembre de 2001 (el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York). Se hablaba de que la demolición podía haber sido controlada, de que realmente la estructura de los edificios era a prueba de impactos tales como los que sufrió, etc. Seguro que alguna vez te has cruzado con algún programa sobre el tema, así que tampoco me extenderé. De todos modos quiero dejarte bien claro que ni le doy ni le quito credibilidad a la versión oficial, tan solo me limito a reflexionar sobre el tema.

Y precisamente esa reflexión me llevó a pensar en lo siguiente: en todos los ejemplos que yo utilizaba (y he utilizado más arriba) sobre el miedo al delito, estos han sido derivados de hechos provocados precisamente por criminales (individuos abiertamente conocidos, en los cuales no hay ningún atisbo de duda). Sin embargo, ¿Y si un gobierno (o un grupo afín a los intereses de un país, entiéndase) decidiese poner en marcha un crimen tan atroz como podía ser el crimen del 11-S, provocando una catástrofe que el mundo no olvidaría nunca, y que derivaría posteriormente en un miedo y una ira que fueran capaces de producir que todo un pueblo apoyase una decisión tan dura como entrar en una guerra?

Lo sé, en este momento me estarás llamando de conspiranoico para arriba. En realidad puede que tengas toda la razón, no te lo niego. Sin embargo, el otro día leyendo un libro que he adquirido sobre la segunda guerra mundial, vi como los alemanes se “auto-provocaban” ataques en las fronteras (creo que en Polonia fue un ejemplo, o tal vez en Austria, no lo recuerdo bien) para justificar sus invasiones a los países vecinos. Y tras leer eso, llevar varios días dándole vueltas a la temática de la ingeniería social, haber trabajado con el miedo que pueden producir los crímenes, e incluso haber sido testigo de cómo una masacre como la de Charlie Hebdo provocó que los principales partidos de gobierno legislaran para sacar adelante una ley sobre la prisión perpetua revisable (de la cual tengo muchas ganas de hablar) aprovechando precisamente la rabia y el miedo coyunturales de la gente, no me parecía tan absurdo plantearme hasta qué punto un grupo de individuos, más o menos conocidos, pueden ser capaces de utilizar el miedo como un instrumento de manipulación.






Tres cosas antes de cerrar por hoy.

En primer lugar, muchas gracias a todos los visitantes que han pasado por aquí, y que han hecho que las dos últimas entradas duplicasen en visitas al resto. Por supuesto, también creo que tendrá que ver con que son contenidos algo más “útiles” o curiosos que otros. Si bien sigue gustándome postear curiosidades o reflexiones como la de hoy, trataré de subir más entradas sobre libros, películas, etc., que atraen bastante más a la gente.

En segundo lugar, quiero dejarte aquí el enlace del programa de Milenio 3 “nos programan así”, del cual solo puedo decir que es realmente interesante, y que creo que sirve para ilustrar mucho más todo lo que yo he intentado plantear en esta reflexión.

http://cadenaser.com/programa/2015/04/19/milenio_3/1429401536_793361.html

Por último, quiero lanzarte un pequeño guante a ti, lector, dado que estoy buscando algún libro que trate sobre lo que aquí he definido como ingeniería social. Me da igual si está en inglés o en castellano, el caso es que me gustaría poder localizar algo para leer sobre el tema. Hasta el momento lo único que he encontrado es uno que habla sobre ingeniería social, pero aplicada a los ordenadores (que no es precisamente lo que estoy buscando, aunque quizá pueda haber confundido el término, no estoy seguro). Si encontrases algo, o conocieses de algún libro, por favor, no dudes en dejarme un comentario o indicarme a través de algún mensaje privado el título.

Muchas gracias, querido lector.



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